Retrato en fuego

miércoles, 10 de mayo de 2023


Movía una dentro de otra aquellas muñecas rusas donde la más pequeña es absorbida por la inmediatamente más mayor 
y así inexorablemente hasta la más más grande
 ya incapaz de tragar apenas otro molde de sí misma 

 Cualquiera diría es un juego, precisamente en eso consiste: en la integración de todas en una 
 pero sin embargo ha sucedido lo contrario: 

los bordes se han dilatado tanto en el golpeo de unas con otras 
que de pronto ninguna se reconoce entre sí. 

 Cada una ha reivindicado su espacio fuera 
 fuera del espacio de la otra 
incluso la más pequeña 
(donde nada cabe salvo ella misma). 

 Le dijo: apura el hueco de la sábana, 
donde una esquina da paso al vacío y se licúa en imagen 
 lo que fue para la adultez volver a encontrarse en la línea central de salida. 

 Han quedado inviernos en este lugar dentro del cuerpo como una invasión frenética de un parásito cuyo nombre es impronunciable 

 no tanto en deletreo 
más bien en la conjunción que hace el hábito, 
pero incluso este 
se solidifica 
 a cuentagotas 

 . 
 . 
 . 
 .

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